Por la inmensa planicie de la India se deslizaba un tren como una enorme serpiente quejumbrosa cuando la noche había caído por completo.
Varios hombres compartían un departamento, y decidieron apagar la luz para ponerse a dormir pues el viaje era largo y estaban muy cansados.
Transcurrieron los minutos y los viajeros ya dormían. Y de repente, se escuchó una voz que se lamentaba: -¡Ay, que sed tengo! ¡Ay, que sed tengo!-
Así se lamentaba de forma insistente, una y otra vez, uno de los viajeros que se quejaba de su sed y despertaba a los demás.
Resultaban tan molestas sus lamentaciones que uno de los viajeros fue al lavabo y le trajo un vaso de agua. El hombre sediento se bebió el agua con avidez. Todos se echaron de nuevo y apagaron la luz.
Y al cabo de unos minutos, cuando los viajeros ya adormecían, de repente la misma voz de antes, lloriqueando, decía: -¡Ay, qué sed tenía, qué sed tenía!
😀
Me encanta.
La sabiduría está en los antiguos.
Este relato anónimo de la India ¿qué nos cuenta?
¿Qué podemos aprender de él?
Los que tenemos una edad, lo pudimos escuchar en otra versión…
¿Te acuerdas de Epi y Blas?
¿Qué te ha parecido el cuento?
¿Qué crees que nos quiere decir o cuál es su moraleja?
Cris dice
Buenos dias, Jaajaaa. Recuerdo este episodio de cuando era pequeña. Y pense pobre Blas ¿ porqué aguantará tantas tonterias de Epi?
Ahora no veo pobre Blas. Veo el personaje que cada un@ escoge para pasar por la vida.
Epi esta allí para hacerle ver que ayudar a las personas, no se trata solo de darles lo que pieden. Tienes que hacerte valer. Si tu no te valoras difícilmente te valorarán los demás.
Y si no aprendes se repite una y otra vez de una forma o de otra. El personaje de Blas, ser servical y hacer todo lo que esperan de tí, para no decepcionar y que te quierán. Se puede confundir e incluso no ver, como abusan de tí. Por cumplir tu papel de bueno y sumiso para ser valorado.
Conclusión, el cuento nos enseña que nuestras decisiones tienen consecuéncias y que si no aprendes se repiten.
Hacer el trabajo de los otros no les ayuda. Cada uno tiene el suyo.
Salud
ana dice
Hola.la verdad que te hace reír si ves a Epi y Blas, yo también los veía hace muuuuucho tiempo jeje. Bueno yo creo que nos quiere decir que hay gente que siempre espera que los demás se muevan para cumplir sus deseos personales. Vamos que confían en su Júpiter (en Escorpio quizas. Digo porque dan donde más duele para cumplir sus objetivos) para no sacar su martes a trabajar. Y que por el hecho de ser complacientes con los demás lo único que se consigue es que abusen de ti
Mayte dice
Buenos días
Bueno creo que éste cuento lo que nos viene a decir es hasta donde puede llegar un poco, el ser humano con tal de autosatisfacerse.
Es aplicable a ambas partes, por que por un lado, uno se acomoda y busca la atención del otro para satisfacer su necesidad.
Pero el otro, también responde a esa «súplica para finalmente, también satisfacer su propia necesidad.
Por lo tanto, ambos se comportan un tanto egoísta.
Para mí, la lección, es que actuando con egoísmo, en realidad, nunca te sentirás satisfecho, pues siempre necesitarás más….
María luisa dice
Muy bueno, este es la primera vez que lo leo, y sí el pasarte la vida escuchando quejas, y tu que las aceptas, te estas convirtiendo en una sumisa de cuidado, y haces a los demás dependientes, sin contar lo que fastidian, y a su vez en algún momento terminas haciendo lo mismo.
Moraleja: Ayuda a quien realmente te necesite, según tu criterio, hay que saber decir que no, pues de lo contrario terminan aprovechándose de ti, y por supuesto con ser complaciente no ayudas a nadie y te perjudicas a ti mismo. Fin
Paz dice
Una persona que quiere llamar la atención sobre si misma, sin importarle los demás, exagerada y gandula, además de insensible…que podríamos relacionar con los diferentes tipos de Energía recién estudiados…
Además de enseñar que no sirve para nada, resolverle el problema al de al lado; es su percepción y tiene que resolverlo él mismo….intervenir, equivale a suplantar a D. y no dejar que aprenda a su propio ritmo, sus lecciones personales.
Montse dice
¡Hola!
Hay mucha gente que son unos listillos porque aparentando que son débiles ,desgraciados y que sufren mucho en realidad lo que hacen es poner a los demás a «trabajar» por y para ellos y les absorben la energía.
Son como unos «vampiros energéticos» y estar cerca de ellos te agota y te hace sentir mal porque , o estás a su servicio y te agotas, o te sientes culpable por no ayudarles y prestarles la continua atención que te reclaman y te agotas también.
Este tipo de gente por mucho que te esfuerces por ayudarles y mostrarles alguna vía para solucionar su problema nunca estarán satisfechos ni tendrán suficiente pués se alimentan de tí y «para cada solución ellos encontrarán un problema» 🙂
Me parece que , aunque desees de corazón ayudarles , no debemos caer en su trampa.
Un abrazo
Montse
Eva Rivas Calderón dice
Buenas Noches SerMasYo:
Espero que el cambio de hora no esté afectando, aunque hay que decir que el tiempo y la Luna tan bella que hay en el Cielo, ayuda a ir llevando este tránsito a la oscuridad que acompaña a los Escorpios.
Me ha encantado, volver a ver y escuchar a Epi y a Blas.
Totalmente de acuerdo en que la sabiduría ancestral de los cuentos es única y deberíamos recurrir a ellos, en muchas más ocasiones, porque ofrecen reflexiones únicas con respuestas auténticas a muchos de los acontecimientos externos que hoy en día estamos viviendo y que en muchos casos nos hacen prisioneros y pareciera, que no hay escapatoria;y, a los internos les pone esa pincelada de color que antes no veíamos conscientemente.
El relato indio anónimo trae una verdad certera–>hay personas que nacen para estarse lamentado, quejándose todo el tiempo..¿cómo está su vaso interior?..casi siempre vacío o medio-lleno; el caso es que es más fácil, penar,hacerse las víctimas, vivir dependiendo de los demás y los demás por pena o por lo que sea, acceden al propio chantaje de ese tipo de perfiles que no quieren o no pueden enfrentar un problema y como nunca es suficiente para ellos, pues siguen y siguen quejándose de lo que sea..jajajaj..y siempre habrá alguien que les escuchará, les atenderá..qué paciencia Blas!!!..y eso en parte, hace que sigan alimentando a la víctima porque siempre habrá un salvador para ellos..
¡¡Qué espacio tan chulo José Ignacio!..Infinitas Gracias..
Un fuerte abrazo cósmico para todos..y feliz comienzo de Noviembre con esos maravillosos Escorpiones!.
Eva
Besitos
Manuel dice
Hola a todos!
EL motivo de la queja y de las demandas continuas es lo de menos, así como su satisfacción. Siempre he estado de acuerdo con que debajo de toda demanda (o queja) hay una demanda de amor que ni la propia persona sospecha. Además, esto lo vimos con las lunas en Astrología: la busqueda y la provocación inconsciente de las situaciones donde recibimos el afecto en nuestra infancia. Por tanto, efectivamente, es algo de lo que la persona tendrá que tomar conciencia y trabajar.
La sabiduria del cuento, la antigua, es la sabiduria esencial. Quedó relegada y etiquetada un tanto despreciativamente como «mito» y nos enseñaron que antes de la Ciencia moderna no había verdadero conocimiento en el hombre….¡qué error!
¡Bonito cuento, si señor! y qué recuerdos con Epi y Blas 🙂
Un abrazo!
Silvia dice
Hola a todos,
Es la primera vez que escucho este cuento… Lo que interpreto es que cada uno ve la vida como queiere verla. En este cuento la persona ve la vida de forma muy negativa y siempre se esta quejando de todo. No importa lo que ocurra, se quejara. Si tiene sed porque la tiene y sino la tiene porque la tenia antes… da igual nada esta bien. Y por mucho que otro trate de ayudarle, no va a cambiar a la persona si ella/el no quiere.
No se puede cambiar a otros, solo podemos cambiarnos a nosotros mismos. En uno esta la eleccion de ver la vida de forma positiva o negativa, ya que es nuestra mente la que interpreta las situaciones.
Un abrazo
Silvia
Nur dice
Qué gracioso, no lo conocía… Pues mi conclusion es que más nos vale aceptar la vida tal cual es, y a los demás, nos molesten o no. Que lo que hagamos no va a cambiar el mundo exterior. Sólo podemos cambiar nosotros, aceptándolo. Es como La Papisa.
tita2017 dice
Muy buenos días,
Me encanta, de pequeña no me perdía «Plaza Sésamo», así se llamó acá en Colombia, y los personajes se llamaban Beto y Enrique. Interesante, quizás de pequeña solo me reí cuando vi este apartado del programa.
Lo que entendí es que Enrique tiene una tremenda dependencia emocional sobre Beto. Algo necesitaba que Beto le escuchara, a veces los seres humanos nos ocurre eso, necesitamos que alguien nos escuche. Todos tenemos dependencia emocional en grado u otro. Confiamos en alguien a quien le contamos nuestras cosas intimas. Cuando no hay ese alguien, pues sentimos que nos atoramos. Es acá cuando debemos reflexionar y aprender a escucharnos a nosotros mismos, no siempre habrá alguien dispuesto a escucharnos.
Ahora del lado de Beto, me encanta su inteligencia emocional, sabe escuchar a la vez pone límites.
Yo la verdad, hubiese mandado para el carajo a Enrique al segundo mandato. O me hubiera ido de la habitación a dormir a otro lado, y que Enrique viera que hacía. Hubiese pensado «…pero que egoísta es Enrique, que necesidad la suya de llamar la atención, esto me cansa, mejor me voy…».
Gracias José Ignacio por compartirnos esto.
Un abrazo.
Daniela dice
Hola,buenas tardes,dependencia y codependencia,de alguna manera son necesidades no satisfechas en todos los ambitos.
José Ignacio Marina Mora dice
¿Qué moraleja tiene el cuento de la India y que Epi y Blas reprodujeron?
La verdad es que todos, de alguna forma, extraéis alguna moraleja. Genial.
Como complemento a todos los excelentes comentarios, además de mostrar comportamientos en los que podemos sentirnos reflejados (tanto en un lado como en el otro), a mí me hace ver que hay personas que nunca nunca están satisfechas. Alguno ya lo apuntaba.
Si tengo sed, que qué mal me encuentro porque tengo sed. Si tenía sed, que qué mal estaba porque tenía sed. Y encima, que se enteren los demás 😀
La queja o insatisfacción parece que es un vicio para algunas personas. Yo me reconozco cayendo en esta inercia por momentos. Las cosas van mal y entonces me quejo de esto, de lo otro y de lo más allá, hasta que digo: ¡Sal de la mente! (La Casa Dios del Tarot)
Debemos estar vigilantes ante esto, pues la «onda colectiva» nos puede arrastrar. Hay como malhumor en la calle, en la televisión, en la vecindad.
Epi podía haber dicho tras beber el vaso de agua: «¡Qué rica estaba el agua y qué bien me ha sentado, gracias Blas!» A mí me relaja la cara al escucharlo…
Releo todos vuestros comentarios y es genial, de cada uno se puede extraer algo para reflexionar. Creo que repetiré esta experiencia de los cuentos. A ver si con Epi y Blas (o Enrique y Beto) también…
Un abrazo a todos y gracias!
Isa dice
Hola a tod@s!!!
Yo a primera vista veo dos puntos claramente:
El primero le habéis comentado repetidamente, que es el de la actitud de algunas personas ante la vida de quejarse siempre por todo, haciendo ruido y ruido…
El segundo es el de poner limites; en este caso creo que Blas debería hacerlo diciendo a Epi; pues levántate y bebe agua. Puede sonar egoísta pero en una ocasión me dijeron «nunca hagas mas del 40% de lo que la otra persona no este dispuesta a hacer por si misma», otra cosa hubiera sido que por las circunstancias que fueran Epi no pudiera ir y necesitara su ayuda, pero lo que esta haciendo Epi es «invadir» a Blas y él se esta dejando y acaba desquiciado y sin energía. Alguien ha comentado algo por aquí de vampiro energético… Si… Podría decirse que Epi lo es, pero Blas se deja…
Y en el caso del cuento en el vagón podría decirse lo mismo, es una pena que por una persona se estén fastidiando otras y me repito que aunque suene egoísta solo se trata de poner limites, en este caso pidiendo respeto para la gente que no quiere «ruido» y quiere vivir en paz. Y ya puestos un poco en guasa yo sacaría mi carácter y antes de explotar (y que se me escape mi sombra de masculina alta liandola) le invito con el mayor respeto posible a que se vaya a hacer ruido a otro vagón y deje en paz al resto de la gente…je je je.
José Ignacio Marina Mora dice
Así es, Isabel! A veces asociamos poner límites a tener una actitud egoísta (voces del pasado retumban en nuestro subconsciente), y nada más erróneo. De hecho, sólo respetándonos profundamente atendemos y respetamos profundamente a los demás.
chiqui dice
Hola , para mi el cuento me dice que a veces pensamos que hacer las cosas por los demás es lo mas generoso , pero aquí vemos que a veces no es lo mas acertado . Me recuerda un poco a la relación entre padres e hijos . también entra el valorar al otro y no pensar que es incapaz de levantarse por un baso de agua y que una vez sepamos que los demás son tan capaces de hacer las cosas como nosotros y les demos su valor entenderemos que el agua representa la falta de afecto y amor que el siente por si mismo y hacia los demás , es sólo una manifestación de su vacio interior. A veces no sabemos expresar lo que sentimos y lo hacemos de manera indirecta . El agua no le satisface lo suficiente para dejar de sentirse mal porque no es solo agua lo que necesita , pensamos que lo externo nos puede aliviar pero está claro que en este caso no es así .
Un abrazo
José Ignacio Marina Mora dice
Muy cierto, chiqui, todo lo que escribes.
A menudo, creyendo que estamos ayudando a alguien, en verdad no le estamos ayudando. Es necesario desarrollar la percepción sensitiva de qué realmente necesita el otro (más allá de lo que pide!) para poder ayudarle o guiarle hacia ello.
Las relaciones humanas son frecuentemente un «te doy porque lo necesito», en vez de un «te doy porque lo necesitas».
Este cuento da mucho juego…
Gracias por tu aporte, chiqui, un abrazo.